Festival Fia el Yelmo

Este pasado fin de semana hemos podido disfrutar otra edición más del Fia. El festival consagrado al vuelo deportivo, que engloba disciplinas como el parapente, paracaidismo, paramotor, exhibiciones en helicóptero, aviones acrobáticos, aviones históricos y en definitiva; todo aquello que pueda volar.


Paralelamente se celebra un gran certamen de cine deportivo, cuya característica esencial es la temática del contenido de las películas; todas ella deben versar en relación al vuelo.

La noche ha sido amenizada además por grupos musicales que refrescaban el cálido ambiente veraniego.














En lo deportivo destacaré que en contra de otros años este se ha volado poco, el viento ha hecho de las suyas y no entraba en las condiciones más apropiadas para poder ver el cielo cubierto de parapentes. Pero aunque se ha volado poco, se ha volado bien, sin tener que resaltar el más mínimo incidente.



La parte más intensa la vivimos el Sábado, con una magnífica demostración de parapente acro, por parte de los componentes del equipo Sat. También la selección nacional de paramotor se concentró en el evento para brindarnos unos cuantros vuelos y como entrenamiento antes de su partida para el próximo mundial en China.



El interior del gran polideportivo albergaba la exposición de fabricantes y distribuidores de material de vuelo, así como de muestras de la riqueza gastronómica y ecológica de los pueblos de la comarca.




A los organizadores debemos agradecerles que en esta ocasión la inscripción de los participantes fuera gratis, y que el acceso al despegue del Yelmo estuviera mucho mejor organizado que en la anterior edición. Sin duda volverán a hacer lo mismo el próximo año.














Para los que no pudieron acudir aquí os dejo unbotón de muestra.





Hasta el Fia que viene.
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Paseo en avioneta


Recientemente tuve la oportunidad de realizar un vuelo en una avioneta 5 plazas de 180 cvs usada para remolcar veleros en el aeródromo de Lillo. La sensación no es muy diferente de la que se siente al volar en paramotor, aunque sí he de confesaros que se siente algo extraño al no ser uno mismo quien maneja la máquina.






Algo que hacemos habitualmente en el paramotor, como es el chequeo pre-vuelo, aquí se convierte en imprescindible; de surgir una parada en vuelo, las consecuencias serían más graves a la hora de aterrizar fuera de pista (por lo menos para el avión).


Se revisa todo concienzudamente, presiones de los distintos relojes, fusibles, frenos, timones, radio, cinturones, etc, etc. Es aquí cuando descubrimos que el freno de rueda izquierdo tiene menos presión que el derecho, pero no se considera importante para el vuelo que vamos ha hacer.






Todo Listo, encaramos la pista, se dan instrucciones de vuelo a control y "parriba"
Primera gran diferencia, la velocidad de ascenso, que en un principio rozamos los 7 m/s luego se va estabilizando.


Tras una breve charla con el piloto, Jaime Julve, un veterano aviador con miles de horas a espaldas, decidimos que es hora que yo tome los mandos, cosa que hago inmediatamente.
Comienzo a experimentar nuevas sensaciones, jugamos con el motor estable en rpm a hacer trepadas y suaves picados, todo suave, a diferenciar entre giros planos o con alabeo, metiendo pedales, a buscar el momento de perdida( más bien diría yo de pre-perdida) pues rápidamente volvíamos a una posición más estable.


Volamos por los alrededores de Lillo (Toledo) hasta cruzarnos con la autopista de Andalucía, y desde allí camino de vuelta entre cerros con molinos de viento, y charcas llenas de flamencos venidos de África.




Damos una pasada rápida a baja altura por la pista de aterrizaje, (ya con los mandos en posesión de su legítimo propietario) para informar a control que estamos dispuestos a aterrizar. y a la siguiente pasada tomamos tierra ( pero sin "hartarnos").



Una gran experiencia que se la recomiendo a cualquiera que tenga la posibilidad de hacerlo, pues es un buen contrapunto al vuelo en paramotor.



Nota: las turbulencias y los meneos al volar a mediodía en verano también se notan en avioneta, ¡y de qué manera!.

RUTA A LA COMUNIDAD VALENCIANA


Otro año más nuestro amigo Tino de Valencia ha organizado la "Ruta a la comunidad valenciana".


El objetivo inicial era muy ambicioso ya que comenzaba con una etapa de interior buscando la costa y la desembocadura de un río en un día especialmente movido.
La etapa concluyó sin incidentes de mención salvo un hombro dislocado de un piloto logroñés que fue puesto pronto en su lugar por los servicios sanitarios de la zona.
A los pocos minutos de aterrizar se desató un pequeño vendaval que terminó convirtiéndose en una tormenta de media mañana, que estuvo jarreando agua hasta el regreso a las 2 de la tarde al camping donde nos "hospedábamos". Después paella, siesta, playa y de nuevo a hacer los trastos para cubrir la segunda etapa. Ahora la salida desde el campo de vuelo de aeromodelismo de Pego para hacer un rulito por la costa y descubrir los primeros bañistas de la temporada. Vuelo de palomar sobre el campo de aeromodelos, a recoger y pa casa... digo pal camping.


La jornada del Domingo nos depararía la mejor etapa de la ruta. Despegue del campo de aeromodelos y por la costa subir hasta Gandía para volver por la misma zona. Hubo incluso algún valiente que hizo la ruta entera atravesando valles del interior ya con actividad térmica hasta llegar al restaurante donde se iba a celebrar el fin de fiesta.




Esperamos estar de nuevo el próximo año y poder disfrutar de los vuelos y la compañía de la gente valenciana. Hasta entonces conformaos con alguna foto